Carlos Rísquez
Socio director de Hermes Comunicación

La pandemia del coronavirus ha supuesto un terremoto inesperado para toda la economía, y también para el plástico, un sector industrial que ya estaba atravesando una etapa de profundo cambio antes de esta crisis sanitaria sin precedentes en el último siglo. No todas las industrias del plástico han sufrido la crisis de la misma forma, pues las empresas asociadas al sector de la automoción afrontan una problemática distinta a los fabricantes de material sanitario y de protección, que han visto cómo la demanda se disparaba de forma imparable.

El plástico se ha erigido como uno de los principales aliados para detener la expansión del coronavirus, ya que es la materia prima de casi todo el material de protección personal (mascarillas, guantes, gafas protectoras, batas) o de las jeringuillas con las que se están inyectando millones de dosis de las diferentes vacunas. Este papel de salvador ha logrado detener momentáneamente la feroz e injusta campaña de imagen emprendida contra el plástico en los últimos años, que ha llegado a ser calificado casi como un material maldito sin ninguna base científica. Por ello, la época post COVID puede ser el punto de inflexión necesario para relanzar la imagen del plástico a nivel mundial, si la industria sabe (e invierte los recursos necesarios en ello) promocionar todas las bondades de este material mágico.

Hace unos meses leí con estupor un artículo de opinión cuya idea central era que el plástico había sido muy útil para combatir el coronavirus pero que, una vez pasado lo peor de la pandemia, era hora de dejar de lado de nuevo el material. Un razonamiento hipócrita y sin ninguna base científica, pues acabar con la industria del plástico pondría a la humanidad en un gran aprieto para afrontar las nuevas olas de coronavirus o las futuras pandemias que puedan sobrevenir. Sería imposible acabar con la industria del plástico y, si la situación sanitaria vuelve a agravarse, pretender fabricar millones de mascarillas u otros materiales de protección de un día para otro. El plástico es flexible, ligero, antibacteriano, antiséptico, resistente, barato y rápido de producir, unas características que lo hacen único e insustituible para producir material de protección o elementos que han salvado tantas vidas como los respiradores de las UCIs.

Sostenbilidad como mensaje clave

Sí, plástico y sostenibilidad son conceptos que pueden (y deben) ir unidos en el mismo mensaje. Existen numerosos estudios científicos que avalan que una bolsa de plástico presenta una menor huella de carbono que las alternativas de papel y algodón, al igual que sucede con las botellas de plástico y de vidrio. El plástico es un material ligero cuya fabricación y transporte requiere menos energía, producido por una industria que está apostando de forma decidida por la reciclabilidad, la reutilización y el uso cada vez mayor de materiales biobasados y reciclados. La sostenibilidad ya se ha convertido en unos de los principales factores que motivan la decisión de compra, y ya es hora de que el plástico aprenda a promocionarse como un material sostenible. Es importante saber hacer llegar este mensaje a los consumidores: el problema no es el plástico, sino la correcta gestión de los residuos.

La clave: gestión de los residuos

Para erradicar un problema es mucho más eficiente solucionar la causa que lo produce en lugar de luchar contra las consecuencias. En el caso del plástico, hablamos de un material excepcional con características únicas que está avanzando a grandes pasos hacia la circularidad. Es importante que, en la fase de diseño y de elección de materiales, las empresas opten por soluciones que faciliten el reciclado, pasando del multicapa al monocapa, por poner un ejemplo. También es fundamental apostar por productos enfocados hacia la reutilización, lo que reduce sensiblemente su huella de carbono, y por introducir cada vez mayores proporciones de material reciclado. Pero, para ello, es necesario disponer de materia prima reciclada, y esto no es responsabilidad de la industria, sino de la propia sociedad. El esfuerzo de las empresas no sirve de nada si no aumenta la concienciación de la ciudadanía para que depositen los envases en el contenedor amarillo y facilitar así su recogida y tratamiento. Por ello, abogamos por aumentar la sensibilización entre la sociedad en lugar de llevar a cabo prohibiciones de uso, que nos retornarían a los años 60 del siglo XX. El mensaje que debemos transmitir a la sociedad debe ser claro y conciso: bien utilizado, el plástico es un material mucho más económico, sostenible y con mejores propiedades que cualquier otra alternativa.

Importancia de las redes sociales

Por todo lo anterior, es muy importante que las empresas del sector industrial del plástico se conciencien de que tienen una responsabilidad importante para ayudar a cambiar la imagen errónea que se ha instalado en el imaginario colectivo. Pensar que tu empresa no vende al público general y no es necesario convencer a tu proveedor de las bondades del plástico puede ser un error importante. Tu cliente probablemente conocerá todas las ventajas del material plástico pero, si el cliente al que vende sus productos rechaza el uso de material, tu empresa pronto va a tener un problema.

Uno de los principales campos de actuación deben ser las redes sociales. La asociación de publicidad, marketing y comunicación digital en España, IAB Spain, ha presentado las conclusiones de su informe anual «Top Tendencias Digitales 2021», en el que ha identificado 13 tendencias a tener en cuenta en el sector durante este año. Una de las más importantes es el crecimiento y diversificación de las redes sociales, ya que a los pesos pesados como Facebook o Instagram, se ha unido la eclosión en 2020 de Tik Tok o Twitch. El contenido en vídeo continuará en auge en las redes sociales, especialmente el de corta duración, que se está imponiendo debido al auge de las Stories de Instagram, imitadas por casi todos sus rivales. También seguirán en auge los vídeos más largos, que se emplean en Youtube, Twitch o IGTV. Además, las redes sociales se han consolidado como una de las principales fuentes de información, dada la decreciente influencia de los medios de comunicación. En el caso de la industria del plástico, Linkedin se ha convertido en uno de los principales referentes de los directivos y profesionales del sector. Una red social que, bien trabajada, es la mejor herramienta de venta y puerta de acceso a nuevos contactos comerciales.